Obama y la unión gay

 

Alfonso Oramas Gross

 

Se asegura que la reciente decisión del presidente Obama de respaldar el matrimonio homosexual sacudirá la campaña electoral estadounidense, lo cual es previsible en un tema que divide a dicha nación por la mitad y diluye lo que aparenta ser políticamente correcto en un volcán de posiciones radicales en el cual solo pueden convivir las opciones extremas, el matrimonio gay o es la antesala del infierno o es la redención final. Paradójicamente y si bien el presidente estadounidense había respaldado los derechos de los homosexuales, se había mantenido en contra de la legalización del matrimonio gay, ya que consideraba que las uniones civiles eran suficientes para garantizar tales derechos.

 

Resulta necesario realizar un brevísimo comentario sobre la legislación estadounidense en materia de la unión homosexual, pues la unión civil está definida como una situación jurídica que provee protección legal para parejas del mismo sexo, pero solo a un nivel estatal no federal, lo que a su vez conlleva una serie de consecuencias jurídicas tales como el no reconocimiento en otros estados, asuntos de inmigración, impuestos y beneficios en términos generales. Las limitaciones de la unión civil han hecho que, al menos en los Estados Unidos, la comunidad gay considere que se trata de una situación legal disminuida y sometida en relación a la del matrimonio.

 

No cabe duda que las declaraciones de Obama tendrán un fuerte impacto en un año electoral, especialmente si se toma en cuenta la militancia del movimiento gay en estos tiempos. En nuestro país si bien está legalizada la unión civil entre personas del mismo sexo, la cual genera los mismos derechos y obligaciones que tienen las familias constituidas mediante matrimonio, resulta claro –no siempreque la institución del matrimonio se basa en la unión entre hombre y mujer, agregándose que la adopción corresponderá solo a parejas de distinto sexo ¿Llegará el momento en nuestro país en que la comunidad gay considere insuficiente la unión civil abogando en su lugar por la legalización del matrimonio homosexual?

 

Ojalá que no, toda vez que el matrimonio como institución legal y natural está basado exclusivamente en la unión entre un hombre y una mujer y este no es un problema de semántica ni de prejuicios sino de realidad pura del Derecho; en el propósito firme de rechazar la homofobia no se debe caer en el afán de alterar la esencia de instituciones jurídicas. Lo que resultaría aceptable para sortear cualquier discriminación sería la ampliación de la legislación existente sobre la unión civil, contemplando la alternativa relación de dos personas del mismo sexo. A la discusión sobre el tema se sumarán, como en pocas ocasiones, el fervor, la pasión y la charlatanería de quienes están a favor y en contra.