Fuera cowboyes terroristas

 

Miguel Sanmartin

 

7 de marzo de 2015

 

El país recuperó la paz, camarita: golpes y magnicidios neutralizados, presos los sediciosos y aislados siete terroristas gringos, todo está en su sitio. En calma. Excesivamente normal. El músculo duerme. La ambición descansa.

 

En este sen tido darles gracias a Carrefour, El Corte Inglés, Galeries Lafayette, Harrods y Chinatown. También a los mercados Tepito de Ciudad de México, San Telmo de Buenos Aires y Boyacá de Bogotá. Los siete "citizen" hoy "desvisados" por el gobierno revolucionario lo agradecen aun cuando estas opciones no sean equiparables en cantidad, variedad y precios a lo que por años encontraron aquí. Pero, segurísimo, igual en estos nuevos centros de avituallamiento podrán resolver sus ingentes necesidades de productos indispensables para su buen vivir.

 

, después de muchas  angustias y gestiones quedó resuelto el problema humanitario que les causó al expresidente George W. Buch, Dick Cheney, Bob Menéndez,  Ileana Ros-Lehtinen  y otros ciudadanos estadounidenses, todos ellos demostradamente terroristas, conspiradores e injerencistas, la decisión principista y soberana lanzada al mundo desde Caracas según la cual (como ya es público, notorio y comunicacional) se les niega (de por vida, para siempre y sin apelación) la visa venezolana. ¡Oh my god!

 

Esta era una medida impostergable. Obligada. Había que tomarla sin más demora. Recíproca y en concordancia. Bien meditada y justificada. Dicha resolución les impedirá a estos cowboyes imperialistas y torturadores seguir merodeando por estos parajes "cheverísimos" donde además de pescar pavones solían comprar -a precios justos y en abundancia, para su consumo familiar y alguito para bachaquear- productos de todo tipo hechos con amor en socialismo y que, según consta, escasean en "gringolandia".

 

 Consumistas frenéticos -inventaron el "ta barato dame dos"- adquirían cuantos artículos se les pegaba en gana sin tener que ceñirse al terminal de sus cédulas de identidad ni poner sus dedos gordos en ninguna captahuella. Como no requerían visa para hollar su planta insolente extranjera en este sagrado suelo, solían venir con frecuencia con lo cual (otro daño colateral) agotaban los pasajes aéreos disponibles. Entraban como Pedro por su casa y acababan con to en los Supermercados Bicentenario, Areperas Socialistas, Mercalitos, Mercales, Mercales a Cielo Abierto, Mercabar, Agropatria, Farmapatria, Zona Libre de Paraguaná, Mercado de los Corotos, Ferias de la Economía Informal, la Chicharronera de Lucho Noay y en otros expendios creados en revolución.

 

Acaparaban alimentos de todo tipo frescos y procesados, chucherías, licores, antojitos, bagatelas, artículos de limpieza y de aseo personal, papel higiénico, pañales, desodorante, utensilios para el hogar, hojillas y espuma de afeitar, preservativos, baterías, cauchos, lubricantes y accesorios para vehículos, ropa, calzado, alpargatas de lona, dispositivos electrónicos, equipos de línea blanca, muebles, cabillas, cemento, herramientas, gurrufíos, papagayos, perinolas, zarandas, carruchas, trompos, palitos mantequilleros, franelas con ojitos grabados en el pecho, sombreros pelo e guama, medicamentos, menjurjes, potingues y ejemplares del Plan de la Patria 2013-2019. Cargaban con todo

 

lo que aquí abunda y sobra. De allí la visitadera constante de Bush, Cheney, Menéndez, Ros-Lehtinen y los otros gringuitos vetados

 

-ahora sus compatriotas que deseen entrar a la patria grande tendrán que bajarse de la mula con 30 dólares devaluados que les costará la visa criolla- interesados como estaban en adquirir aquí lo que el neoliberalismo salvaje, con su guerra económica, desapareció de los almacenes Walmart, J.C.Penney, Macy s, Costco, Sears y otras tienduchas escuálidas similares.

 

Este fin de semana estará en Caracas la troika de Urts, nasur y el encomiástico Secretario General de ese consorcio regional quien ya adelantó su aquiescencia al golpeteado Comando Estratégico de la Revolución y sus medidas antiimperialistas que abarcan la destitución de parlamentarios y la detención de estudiantes y dirigentes políticos. Una idónea exhortación de dicho clan al gobierno socialista sería que éste deteriore aún más las relaciones y el comercio con el país del Norte y profundice el trueque con el bloque del Sur pagándole sus envíos con petróleo a mitad del precio de referencia del mercado internacional. ¡Y Dios proveerá! 

 

msanmartin@eluniversal.com